martes, 10 de abril de 2012

Un Gran Amor Llamado Fútbol

Por:  Miriam Rizcalla de Cornejo

Fútbol o soccer, no importa cómo lo decimos o escribimos, cómo se le denomina aquí en Estados Unidos o Europa, América Latina o el resto del mundo, lo que importa es cómo lo sentimos.

Hoy recibí un hermoso vídeo titulado "Qué saben ellos",  que me llevó, conforme lo veía y escuchaba, a revivir los años de intensa emoción vividos junto a mi hijo, hoy, un adolescente de 17 años y que desde los 7 le viene pegando duro a la pelota.

Nunca he escrito para los demás acerca de aquellas vivencias.  Lo que he escrito lo mantengo guardado.  Es largo, como los años transcurridos corriendo detrás de una pelota, primero en mi pueblo de Soná en Panamá, luego en Florida y finalmente en Nueva York.

Junto a mi Eduardito, aprendí a amar este deporte.  Me hice casi experta en el tema.  Conocí a los jugadores más famosos, aquellos que han destacado a lo largo de la historia hasta el presente.  Aprendí sus nombres, sus historias, sus inicios, anécdotas y más.  Era el diario vivir, el tema del día, la tarde y la noche y en ocasiones, de madrugada también.

De las canchas de La Placita, La Virgen del Carmen y San José en Soná, de aquel fútbol callejero, sin zapatos y bajo la lluvia, aquel que se vive y se disfruta sin tregua,  hasta sentir que mueres - pero siempre con una sonrisa en el rostro y el corazón - a los campos bien cuidados de Florida y luego a Nueva York, incluyendo en el camino las canchas profesionales de Red Bull de la MLS y su Giant Stadium.  Cuánto para contar!

Cuánta emoción, cuánta presión a cuestas, cuánto amanecer y anochecer, cuántas risas y alegrías, cuántas decepciones y tristezas, cuántas emociones llevadas al extremo, tocadas y encontradas todas.  Cuánto, cuánto...Aún siento que resuenan mis gritos por los goles anotados de mi hijo y de su equipo, en los maravillosos campos de Disney, qué tiempos aquellos, memorables, gloriosos, inolvidables!

Mi niño ha crecido, ya no es un niño.  Qué le depara Dios y el futuro?  No lo sé.  Nadie puede saberlo.  Sigue jugando, en este instante lo está haciendo.  No se ofusca, lo que ha de ser será...Que lo disfrute, serenamente, pues mientras haya en su pecho un balón que palpite al ritmo de su vibrante corazón, arderá la llama que abrace e ilumine ese gran amor llamado fútbol, que hoy vive y vivirá por siempre en su corazón...

Aquí les dejo este vídeo que tanto me hizo emocionar, sonreir, recordar, sentir...




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