Por: Miriam Rizcalla de Cornejo
En sólo horas el mundo sabrá quién es el ganador de las elecciones presidenciales 2012 en Estados Unidos.
Unas elecciones, por todos sabido, muy reñidas. Los analistas de los partidos demócrata y republicano lo saben.
Ambos aspirantes llegan al gran día casi empates. La incógnita es qué definirá el triunfo. Cada candidato tiene su punto, tanto a favor como en contra.
En momentos en que Estados Unidos se agita en medio de una economía realmente deprimida, muy probablemente sea éste -la economía- el tema que impulse a los electores a votar hoy.
¿Un presidente y vice-presidente de ambos partidos en la Casa Blanca?
Programas más, programas menos, muchos son los que han tocado el tema de las elecciones día a día, sin embargo, pocas veces se ha planteado la probabilidad de tener un presidente electo por un partido y acompañado en la Casa Blanca por un vicepresidente del partido contrario. Ejemplo: Un Romney-Biden. Y pensar que esto es posible, algo que nunca ha ocurrido pero, como bien es sabido, siempre hay una primera vez.
Las cosas están así. Aunque Obama o Romney ganen, gracias a la mayoría del voto popular, lo que realmente decidirá el triunfo, tomando en cuenta lo reñida de estas elecciones, serán los votos electorales.
De acuerdo con las encuestas, tanto Obama como Romney, están prácticamente empatados. Si, una vez finalizada la emisión de votos, resultara que las encuestas estaban en lo cierto, y que en votos electorales quedaran empate, entonces la decisión quedará en manos de la Cámara de Representantes.
¿Cómo resuelve el sistema electoral de Estados Unidos una situación como ésta? Un total de 538 votos electorales son repartidos a nivel nacional entre los candidatos, por lo tanto, cada uno tiene la posibilidad de llevarse 269 votos y terminar empates. De ser así, la Constitución de Estados Unidos contiene una enmienda aplicable de la siguiente manera: La Cámara de Representantes del Congreso elegiría al presidente y el Senado al vice-presidente. Actualmente la primera está compuesta en su mayoría por republicanos, lo que le daría el triunfo a Mitt Romney, mientras que el Senado lo dominan los demócratas, por lo cual su elegido sin duda alguna sería Joe Biden, actual vice-presidente.
Para que esto no suceda, se requieren los 270 votos electorales que garantizarán el triunfo hacia la Casa Blanca. A pesar del papel decisivo que juega el colegio electoral, el voto popular no es menos importante. Cuando un candidato resulta ganador en un estado, resulta a su vez ganador de todos los votos electorales correspondientes a ese estado.
Sin duda alguna, el sistema de elección presidencial en Estados Unidos es algo complejo, difícil de entender, pero es algo a lo que hay que estar pendientes y seguir de cerca. No basta con saber quién va ganando en términos del voto popular, es muy importante saber cómo van los votos electorales y a cuál candidato favorece. No todos los estados cuentan con igual número de votos electorales.
De registrarse un resultado controversial como lo sería un empate en votos electorales, con tantos intereses de por medio, la polémica y los conflictos, sin lugar a dudas no se harán esperar. De ser así, indudablemente el hecho sería histórico. Nunca ha sucedido y ésta podría ser la primera vez...¿Cómo sería una nueva administración compuesta de esta manera: un presidente republicano y un vice-presidente demócrata? Ya faltan pocas horas para saber en qué terminará todo.
