martes, 22 de julio de 2014

Robo de identidad y sus complicaciones



Por:  Miriam Rizcalla de Cornejo

No se trata de algo nuevo.  Definitivamente un gran problema, siempre presente y de diversas formas.

Normalmente no prestamos la debida atención a este asunto hasta que nos toca de frente, tal y como le ocurrió recientemente a mi esposo, cuando al tratar de hacer un contrato, con una compañía de teléfonos, se encuentra con la sorpresa de que ya él tenía una cuenta con ellos.  Hasta allí llegó toda la tramitación, con la consecuente puesta en investigación del asunto.  Luego, al intentar abrir con otra compañía, se tropieza con la misma piedra, una desagradable sorpresa por partida doble.  A lo anterior se suma, para agravar la situación, que la misma persona que usurpó su identidad, con casi dos meses de tener esos teléfonos, ya estaba en estado de morosidad.  Inmediatamente se reportó lo sucedido al departamento de crédito.

Acciones como éstas causan un perjuicio enorme, un verdadero dolor de cabeza muy prolongado. Si bien es cierto que al final logran resolverse, también lo es que la lista de inconvenientes nadie las quita, ocasionando una serie de obstáculos al momento de realizar cualquier tipo de diligencias que requiera revisar el status crediticio de las personas.

Ante esta realidad muy recomendable es estar vigilante e investigar que nadie esté usurpando nuestra identidad.  Afortunadamnete, en medio de todo, lo descubrimos a tiempo, pues apenas habían pasado dos meses de la usurpación, y pudo denunciarse enseguida, y todo esto gracias al hecho de  intentar abrir una cuenta con esa compañía.

Descubrir el hecho nos llevó a investigar en otras, y fue cuando se percataron que había una cuenta más, algo que hubiese podido pasar completamente inadvertido en perjuicio nuestro.  De allí que bien vale la pena estar atentos y confirmar que nuestra identidad no haya sido usurpada por nadie, así nos evitamos los consecuentes engorros propios de esta situación.

Vale la pena intentar asegurar su nombre y su crédito por una módica suma al mes, especialmente los jóvenes.  Una forma de estar a salvo de los asaltos de estos inescrupulosos que mucho afectan el nombre de tanta gente.