domingo, 29 de abril de 2012

El Niño Llorón: ¿Un Cuadro Maldito?



Por:  Miriam Rizcalla de Cornejo

En un programa de TV, en Chile, se habló acerca del misterio que envuelve al famoso cuadro del pintor italiano, Giovanni Bragolin, mejor conocido como Bruno Amadio.  Al escuchar lo que decían no pude evitar sentir una ligera inquietud, pues desde hace casi 17 años tengo este cuadro, obsequio que le diera un familiar en Perú a mi suegra antes de regresar a Panamá.  Tan pronto como lo ví, me fascinó.  Mi hijo apenas tenía un añito.  Recuerdo que en todas nuestras mudanzas, que no han sido muchas, pero sí algunas, me lo llevaba conmigo y lo ubicaba en el cuarto de mi niño.

Realmente no puedo decir que nos hayan sucedido desgracias en la familia, como muchos afirman que les ha ocurrido, aunque sí se dieron situaciones un poco difíciles- que no viene al caso explicar aquí - pero no otorgo estos incidentes al cuadro.  Al final, no existe un ser humano que no haya tenido o tenga algún inconveniente en su vida, y no todo es a causa de una maldición.  Errores humanos, simplemente eso, humanos.

Normalmente suelo ser escéptica ante este tipo de historias, pero... no hay que creer ni dejar de creer.

Me resulta curioso que el cuadro se llama precisamente como le decíamos a mi hijo cuando era pequeño, cada vez que empezaba a llorar por nada, decíamos:   "ya viene el niño llorón", pues lloraba tanto que le decíamos mira, mira el cuadro, ahí está, el niño llorón! y las lágrimas que le corrían, igual que al niño de la pintura...


Lo que se dice del pintor y del cuadro

En el programa - y en otros artículos - se habla acerca de un pacto "no muy santo" que hiciera el pintor.  El quería fama y ser reconocido por todos, de manera que hizo un supuesto pacto diabólico.  Luego de pintar a niños llorando su éxito fue inmediato.  Se dice que pintaba niños muertos.  Su obra más famosa es el cuadro que aquí se muestra:  "El Niño Llorón".  Se cree que lo pintó cuando el pequeño vivía en  un orfanato.  Años después el lugar fue devorado por un fuego que arrasó con todo y el niño murió.  A partir de entonces su  espíritu quedó atrapado en el cuadro.  Aseguran que se dieron incendios en casas donde se tenía expuesto y que todo se quemaba excepto el cuadro, y en todo caso, de hacerlo, era sólo alrededor y nunca los ojos.  Que si colocas el cuadro en posición horizontal verás cómo su ropa y bufanda adquieren la forma de un gran pez engulliéndose al niño, se lo está tragando y por eso el niño llora.  Observen la imagen.

                                                            
Leyendo acerca del tema, encontré declaraciones de propietarios de establecimientos dedicados a la venta de cuadros y láminas con pinturas de famosos artistas y aseguran que luego de todo el revuelo causado por las supuestas maldiciones, desgracias y muerte que el cuadro provee a quien lo tenga, la demanda en el mercado disminuyó notablemente y ya no se vendía.  Todos los que tenían el cuadro en su poder terminaron quemándolo, única forma de romper con la maldición.  Algunos lo bendijeron antes de quemarlo.  Hoy es muy difícil conseguirlo, aseguran.


Muchos advierten, que si observas la imagen con atención, parece como si este hermoso niño te siguiera con su mirada y que te eriza y produce una extraña sensación de temor.  Yo NUNCA sentí tal cosa, simplemente me parecía una pintura preciosa.  Jamás escuché gritos de terror, ni lamentos, ni nada como aseguran los relatos de aquellos que han tenido el cuadro en su poder.  Ahora, hay quienes afirman que el cuadro no te hará daño, mientras no conozcas su historia...


Verdad, fantasía, supersticiones, inventos nacidos de nuestra fecunda imaginación, sugestión, mito?  Nadie lo sabe con exactitud, pero tomando en cuenta que este cuadro está colgado en la cabecera de la cama de mi hijo, en nuestro pueblo natal de Soná, en Panamá, seguiré leyendo acerca del tema, especialmente acerca de la vida del pintor y lo que dicen los psicólogos y expertos en estos casos.


Proximamente les mostraré unas fotos de mi hijo a los tres años de edad en su cama y con el cuadro atrás de él.  Curiosamente, mi hijo - amante jugador de fútbol - me llama un día y me dice, mira mami, Cristiano Ronaldo...y mira, atrás...el cuadro del Niño Llorón!  En esa foto él tendría unos nueve años quizá.  Ahora que le hablo del tema a mi hijo, él me pregunta...y qué malo le ha pasado a Cristiano?  El no cree en nada de estas historias, sólo sugiere que si me inquieta la idea de conservarlo, pues la solución es sencilla, que me deshaga del cuadro!  Punto!  Quizá lo haga, no sin antes bendecirlo, ya les diré en qué termina esto...



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