domingo, 4 de marzo de 2012

Nuestros Hijos Parte II. Abrazó a su hijo hoy?



Por:  Miriam Rizcalla de Cornejo

No duerma sin haberlo(s) abrazado...

Aún no tenía hijos cuando ví una película con la actuación del gran actor Gregory Peck.  No pretendo narrar la película o hacer una crítica de cine ni nada parecido.  Sólo quiero referirme a una pregunta que leí, nunca anoté y siempre recordé, y que al leerla me dije:  cuando tenga hijos la pondré en práctica.  Y así fue.  Lo hice hasta el presente y lo haré siempre, mientras viva y pueda, hasta el fin de mis días.   Y cuál era la pregunta?

Sencilla. Simple y tan profunda al mismo tiempo...  En la trama, el actor pierde a su hijo en un accidente de manera trágica.  Un caso de la vida real.  No tenía la mejor relación con él.  Un día, habiendo muerto su hijo, lee un cintillo pegado en un camión con la pregunta:  "Abrazó usted a su hijo hoy"?...

Esa es la pregunta que todos debemos hacernos al final del día, si fue así, perfecto, si no lo fue, entonces es momento de hacer un alto, reflexionar por qué no hay ese tipo de demostraciones afectivas hacia el ser más querido y amado sobre la tierra.

Sin importar si se tuvo una crianza llena de frialdad y rudeza, cada uno puede tomar la determinación de romper el círculo vicioso en el cual fue criado y reinventarse su vida y la de los suyos.  Esforzarnos por dar a  nuestros hijos aquellas cosas que no se compran en los sitios más exclusivos de la ciudad, aquello que no se compra con dinero y que les acompañará a lo largo de sus vidas, como un valioso tesoro que jamás nadie les podrá quitar, debe ser un objetivo primordial para nosotros, los padres.

Amor.  Afecto.  Comunicación.  Comprensión.  Un abrazo.  Un beso.  Un... te quiero hijo...algo que no cuesta nada y es abono para una gran cosecha...

Desde hoy decídámonos todos a construir un mundo mejor, y esto empieza por nosotros mismos, en casa, con nuestros hijos, con la familia.  Cuidemos lo más preciado que Dios nos ha dado.  Ayudemos a este mundo construyendo verdaderos seres humanos, llenos de emociones y sentimientos nobles, felices, en paz, sabiéndose queridos y sabiendo querer a los demás.

Sin importar cuántas veces lo cite, siempre lo diré.  Jesús dijo:  "La fe, la esperanza y el amor son muy importantes, pero de las tres, la más importante es el amor".  Pongamos en práctica Sus palabras.  Demos eso a nuestros hijos desde pequeños, AMOR... Yo me puedo equivocar, y de hecho lo hago y con mucha frecuencia, pues grande es mi imperfección, pero Aquel no se equivoca NUNCA!  El sí es dueño de la verdad absoluta, ayer, hoy y siempre.  Sus palabras  son irrefutables.  Demos amor a nuestros hijos y con ello haremos un mundo mejor.










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