lunes, 3 de septiembre de 2012

Artículo genera indignación en Panamá


Por:  Miriam Rizcalla de Cornejo

     Hace poco el  diario La Estrella de Panamá, publicó:  Jóvenes poseídas, un artículo de la psicóloga Geraldine Emiliani que desató la indignación de los lectores arrojando sobre ella, más que en el contenido de su escrito, una lluvia de insultos, ofensas y humillaciones a su persona, llegando a cuestionar hasta su capacidad profesional.  Esto no terminó aquí.  Los lectores más agresivos fueron más lejos, siendo capaces incluso de amenazarla, vea Amenazada por dar su opinión.


     El tema era acerca de las supuestas posesiones demoníacas en unas jóvenes, casos registrados hace poco en Panamá y a los cuales se les dio gran cobertura en los medios de comunicación.  No es ese el punto que interesa tratar hoy, sino lo que hay detrás de la reacción del público por este escrito.  De allí se desprenden varios temas inquietantes y a los cuales se les debería prestar atención.


Libertad de expresión o libertinaje

     En Panamá hay quienes dicen que no existe libertad de expresión, pero al leer la clase de comentarios insultantes en el espacio que éste y otros medios impresos ofrecen a sus lectores en internet, queda claro que de libertad de expresión se pasó a un libertinaje absoluto.  Quien lo dude, refiérase a los comentarios del artículo mencionado y saque sus propias conclusiones. 


El valor de atreverse a pensar

     ¿Dónde quedan los criterios de cada uno?  Basta con que un "valiente" se atreva a proferir su opinión ofensiva para que se venga encima una avalancha de insultos en contra de su víctima.  Es como un desahogo.  Leyendo algunos comentarios se puede observar que es sólo una repetición, un eco de los demás, de otra manera no se atreverían a ser los primeros en dar el paso inicial.  Esto suele ocurrir incluso en grupos, cara a cara, alguien se lanza en contra de otro y el resto, o muchos de los presentes, se unen al ataque.  Lamentable.


     Muchos lectores demandan a los medios por un nivel más elevado en sus publicaciones.  Y tienen razón.  Lo irónico es que quienes claman con fervor por temas de alto nivel sean personas agresivas, ofensivas, que hacen gala de un vocabulario ruin, de bajo nivel, para qué exigen algo así cuando con sus expresiones demuestran que no necesitan mucho, no están a la altura de sus exigencias.  Siempre hay mensajes detrás de un mensaje y éste es el que dejan.


Jesus dijo:  La boca habla de lo que está lleno el corazón 

     Independientemente de la religión a la cual se pertenezca, o a ninguna quizá, es innegable la verdad contenida en esas palabras.  ¿Qué pudo suceder en las vidas de quienes así se dirigen hacia los demás sin conocerlos?  Nadie con un mínimo de paz y alegría interior se conduce de esa manera.  Abren sus bocas y dejan fluir, cual caja de Pandora, todo lo malo de este mundo.  Envidia, odio, rabia, rencor, malos deseos...¿Es ésta la sociedad de hoy...una sociedad resentida?


Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz

     Palabras inmortales de Benito Juárez.  En el caso de este tema, se revela con fuerza la importancia del respeto al momento de emitir una opinión por contraria que ésta sea.  Respeto y libertad de expresión no tienen por qué estar en pugna, haciendo buen uso de ellas contribuirían enormemente por una convivencia llena de paz y armonía.  Algo que el mundo clama a gritos.


     Llegar al extremo de amenazar a una persona sólo por no estar de acuerdo con sus opiniones es algo descabellado.  Si todo el mundo pensara igual y tuviese los mismos gustos y preferencias, este mundo sería realmente aburrido, desabrido y sin gracia.  En la diversidad de las cosas, incluído el pensamiento, está la belleza, el interés de la vida.  De persistir estas conductas ya nadie se atreverá a opinar por temor a los demás y sus reacciones.  Inaceptable.


No hacer a otros lo que no quieres que te hagan a tí

     Es una de las máximas de Confucio y otros grandes que lo han dicho de diferentes maneras.  Ir por la vida tratando a los demás como se espera ser tratados.   Al final del día, en consulta con la almohada, es bueno preguntarse si hubo placer y satisfacción en el proceder de ese día:  Con los compañeros en la escuela, el trabajo, en el hogar, con la familia...  La fórmula mágica de la tan ansiada felicidad no se encuentra en ningún lado, sino en esas pequeñas cosas que habitan dentro de cada uno. Interactuar en armonía con los demás ha de ser un reto cada día.


Importancia de aprender a discutir con las ideas y no con las personas

     Tanto dentro del hogar como en las escuelas debería enseñarse a los niños, desde pequeños, la importancia de aprender y poner en práctica este mandato.  El mensaje es claro.  En este espacio muchos agredieron directamente a la persona e integridad de la columnista, llegando a burlarse de su formación como experta de la conducta humana.  No hubo un mínimo de tolerancia por parte de sus detractores.  Se ensañaron con ella más que con sus planteamientos.  Aquellos que intentaron refutar sus ideas lo hicieron de manera lamentable.


Hay formas y HAY FORMAS de decir las cosas

     Es completamente válido diferir en ideas y pensamientos, y expresarse es un derecho legítimo por demás decir, pero muchas veces no es lo que se dice sino cómo se dice, allí está la diferencia.   Aquellos que no gusten de alguien en particular, bien sea por su estilo, por su enfoque, temas o lo que sea, simplemente no los lean, nadie los obliga, es como en el caso de la música, cada quien escucha al cantante de su preferencia, es comprensible.  Sin embargo, al momento de refutar una idea u opinión, hacerlo con decoro más que un deber es casi una obligación si se pretende hablar de paz y tolerancia.   El mundo lo necesita.  Los grandes y verdaderos cambios lo forja el ser humano con su decisión de hacer las cosas cada vez mejor.  Lo sucedido en este caso es preocupante.


Responsabilidad del diario

     Los comentarios vertidos en este espacio son responsabilidad exclusiva de quien los hace, sin embargo, al final de la página se advierte una serie de reglas para plasmar una opinión y a juzgar por lo que se publica, el diario parece hacer caso omiso a sus propias reglas.  Hay quienes escriben todo en mayúscula, se salen del tema, ofenden, insultan, calumnian e injurian a más no poder, llegando incluso hasta la obscenidad y por último, al extremo de amenazar.   ¿Por qué lo permiten?  ¡Panamá no merece esto! Ya hay suficiente violencia en la calle para que encima se le permita a una serie de irrespetuosos violentar el espacio de un diario que llega a todo el país.  No es sano para nadie y nadie lo necesita.  Ellos representan una amenaza para la ya muy convulsionada sociedad.  ¿Quién controla esto?  


     La libertad de expresión no debe ser distorsionada al punto de confundir el derecho que se tiene a diferir, a disentir de una opinión, con llegar a las ofensas y amenazas.  No puede ser que la vulgaridad y la maldad sea la nota más sobresaliente de Panamá.  De qué sirven tantos edificios hermosos, tanto progreso y prosperidad -mensaje que se vende al mundo- cuando lo que más debe brillar debe ser esencialmente la grandeza de su gente, la joya más preciada de todo lugar.  Esto último, luego de lo sucedido, como mensaje NO se vende y pudiéndolo hacer, pues, como diría Facundo Cabral:  "... los buenos son mayoría...".

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