domingo, 16 de septiembre de 2012

Cambia todo...casi todo...


Por:  Miriam Rizcalla de Cornejo

Las vacaciones escolares terminaron.  Los niños han vuelto a clases.  Un año escolar más que inicia y un año calendario pronto a culminar.  


Corre el mes de septiembre.  El brillo del verano languidece,  se torna opaco el día.  Cada día.  

A tientas el otoño reaparece empujado por una brizna de aire frío.  Los árboles, bellamente ataviados, con sus vistosos follajes, se desvisten lentamente, prestos a mostrar su completa desnudez.

Mientras tanto, las ardillas no se cansan jugando entre los árboles.  Suben y bajan por sus ramas recorridas en grata compañía.  Juegan divertidas, inquietas y traviesas, golosas lo devoran todo, colmadas de placer.  

Una extraña sensación emana de estos días grises.  

Los niños de ayer, hoy no son tan niños.  Van creciendo.  Van cambiando y con su cambio todo cambia.  Cambian los momentos, cambia el día a día, aunque adentro nada cambia.  Así fue siempre y siempre lo será...

Acaso no haya otoño más gris que el paso del tiempo que lo cambia todo... casi todo...

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