sábado, 21 de julio de 2012

Violencia y medios de comunicación



Por:  Miriam Rizcalla de Cornejo
    
  Cuando suceden tragedias como la ocurrida ayer en Colorado, cuando un jóven irrumpió en la sala de un cine y abriendo fuego indiscriminadamente produjo la muerte de varios de los presentes  y muchísimos heridos,  inevitablemente surgen múltiples preguntas, entre ellas está la interrogante que busca saber si existe relación entre la violencia, que a diario se registra dentro y fuera del hogar, con las producciones de contenido violento que se transmiten en los medios de comunicación.

     La violencia ha existido desde que el mundo es mundo.  Para muchos la diferencia es que ahora se denuncia y se dan a conocer más que en el pasado.  Los medios informativos transmiten al instante los hechos, cualquiera que estos sean.  Hoy, con los avances de la tecnología, el mundo es testigo de hechos dramáticos como el de ayer,  casi en el momento mismo en que ocurren.

     La ola de violencia incrementada en los últimos años lleva a tomar el tema como un asunto de atención urgente.

   Si bien es cierto que los medios de comunicación no son enteramente responsables de la violencia demostrada en las calles y el hogar, también lo es la responsabilidad que tienen frente a las masas que los siguen.

     Producciones de contenido altamente violento ejercen influencia en la mentalidad de los espectadores.  En un mundo donde la estructura familiar y la sociedad en sí misma pareciera fracturarse cada vez más, la pérdida o inversión de los valores que se vende a través de los medios afectan invariablemente la mentalidad de muchos, trayendo como resultado situaciones que lamentar.

     Desde pequeños los niños están expuestos a una serie de mensajes muchas veces sin la debida atención de los adultos.  Los pequeños no logran diferenciar la fantasía de la realidad y son susceptibles de recibir influencias negativas provenientes incluso de las supuestamente inocentes tiras cómicas.

     El tema es profundamente complejo.  Es responsabilidad de los padres supervisar qué ven sus hijos.

     En todas partes existe una Junta de Censura que vigila qué llega o no al público.  ¿Están cumpliendo el rol que les corresponde o es sólo una ilusión?

     Los medios informativos son ante todo un negocio, ellos no harán nada al respecto.  Poner el clásico PG, PG13, R, entre otras observaciones no es suficiente.  En el caso de los menores, muchos de ellos permanecen solos en casa con el control remoto bajo su control absoluto.  

Toca a los empresarios publicitarse en espacios que no vendan violencia.  Toca hacer algo.  Medios de comunicación, escuelas, gobierno, familia, Iglesia, todos juntos.  TODOS!  Pretender ignorar la seriedad del problema es una irresponsabilidad.  Algo tiene que hacerse y hacerse YA!!!




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