Por: Miriam Rizcalla de Cornejo
El pueblo norteamericano celebró ayer, 4 de julio, el Día de la Independencia de Estados Unidos.
Cada año, al caer la noche, el despliegue de fuegos artificiales, en todo el país, es impresionante. Contemplar este evento frente al mar es un deleite para cualquiera. Un espectáculo! Uno tras otro, diseños, colores y efectos especiales parecen no tener fin. La originalidad de las letras USA representando los colores de la bandera: rojo, blanco y azul -simulando una cursiva- hacía sonreir a los expectadores, quienes lanzaban todo tipo de exclamaciones, llenos de alegría total.
El único lamento que se escuchaba era saber que al día siguiente tendrían que trabajar. Al menos la mayoría.
Por su parte, para eventos como éste, las autoridades refuerzan los sistemas de vigilancia y al final todo fluye en armonía y sin problemas. Fue un gran día, para la alegría de todos.
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