Por: Miriam Rizcalla de Cornejo
Difícil situación la que se vive en Panamá. Las imágenes son dañinas a nivel internacional. La Ley No.72, sancionada por el presidente Ricardo Martinelli, que permite la venta de tierras de la Zona Libre de Colón, derivó en un malestar casi general de la ciudadanía.
Actos vandálicos protagonizados por un sector de la población, quema de llantas, imágenes incendiarias, saqueo de almacenes y atracos por doquier. En respuesta, la policía y agentes del orden en serio enfrentamiento con los protestantes, buscando aplacar la ira que mantiene en estado de alerta a la ciudad de Colón. Resultado: la muerte de un menor, varios heridos y pérdidas económicas considerables.
Grupos y asociaciones claman por una reconsideración del tema. En tanto, el presidente, en medio del caos reinante en Colón, emprende viaje hacia Japón. El llamado de la Iglesia, en búsqueda de una solución al problema, es ignorado. Los manifestantes y grupos que rechazan la decisión de que estas tierras sean puestas en venta advierten que no cesarán en sus protestas. El mensaje que se vende en el exterior afecta negativamente a Panamá.
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