APOYANDO EL COMERCIO LOCAL

   Por:  Miriam Rizcalla de Cornejo

 Donde vivo, todo es muy costoso.  TODO!  En una ocasión le pregunté a una persona - que se quejaba por el alto costo de la comida - por qué no hacía sus compras de supermercado en un lugar que está a sólo diez minutos, si va en su propio carro.  Allí, las ofertas son increíbles y se consigue de todo a muy buenos precios, con lo cual,  el dinero parece "estirarse".  Lo que obtuve por respuesta me gustó, y mucho.  Y pensé en Soná.  Su respuesta fue, sin titubear y totalmente convencida:  "Porque éste es mi pueblo.  Aquí vivo yo".

     Para entonces ya me había percatado de unos letreros colocados en diferentes partes de la avenida principal, paso obligado para propios y visitantes.  Están ubicados en lo alto, cuan ancha es la avenida, de extremo a extremo.  El mensaje es:  "Compra en Great Neck, apoya a tu pueblo".  Cada día lo veo y pienso en Soná.

     Recuerdo cuando vivía allá.  Habiendo supermercados, aunque pequeños, era común ver a las personas trasladándose a Santiago, para comprar en los grandes supermercados todo lo necesario para su hogar, pues allí todo es menos costoso.    Por otro lado, Los colegios acostumbran a someter a licitación a diferentes restaurantes y pizzerías, cuando pretenden celebrar algún evento en sus planteles.  Hasta aquí todo bien.  Lo cuestionable es cuando incluyen en la propuesta a establecimientos fuera de Soná, ganando ellos muchas veces la licitación e incluso sin ser sometidos a ella, simplemente son escogidos para el contrato.   Cuando ésto sucede,  el riesgo suele ser muy alto.  No hay que ignorar lo que representa movilizar alimentos preparados expuestos a largas horas, fuera de las temperaturas adecuadas para su conservación.  Cuando llegan al consumidor suponen un cierto grado de peligro para la salud.  Esto supone la pérdida de una oportunidad para los negocios que operan en Soná.  Y nadie dice nada.  Esto No se debe permitir!.

     No conforme con necesitar  la entrada diaria de dinero fresco para Soná, el propio sonaeño sale alegremente a dejar su dinero en cualquier sitio menos en su propio pueblo.  Es posible que en este momento quien me esté leyendo, rabioso y en pleno acto de rebeldía diga:  "Y ahora?,  a ésta qué le importa, yo hago con mi plata lo que me da la gana, ese es mi problema y no el suyo, metiche y bla, bla, bla...".  Parcialmente tendría la razón.  No totalmente. Y digo por qué.

     Quienes piensan de esa manera, han de abstenerse de emitir queja alguna por las pocas oportunidades de empleo y desarrollo en múltiples aspectos para Soná.  Soná no goza de grandes infraestructuras, y bien es sabido que la economía la sostiene no las grandes empresas y multinacionales, sino la mediana y pequeña empresa.  Es de rigor apoyar al comercio local, a todos los establecimientos comerciales para evitar que estos desaparezcan.  Detrás de ellos hay familias enteras cuyo sustento depende del sostenimiento de estas empresas, por pequeñas que sean.

     Me pregunto si aún existe la Cámara de Comercio, de ser así, conjuntamente con la municipalidad, deberían hacer un esfuerzo por promover este tipo de mensajes con la finalidad de reeducar nuestros pensamientos en éste sentido y así ayudar a impulsar aún más nuestro comercio local.  Cualquier esfuerzo, por pequeño que pueda parecer, siempre es bien recibido y podría marcar la diferencia.  No todo está en las manos del presidente de turno y su gobierno, muchas cosas dependen de nosotros mismos.  Ante esta realidad, que no nos gane la indiferencia!.  Sonaeño, apoyemos a nuestro pueblo, porque Soná somos TODOS!.