domingo, 19 de febrero de 2012

Carnavales en Panamá

Por:  Miriam Rizcalla de Cornejo

La fiesta más esperada por todos ya llegó.  Cuatro días de parranda y diversión empezando desde el viernes 17 en la noche y culminando el martes 21.  Agua, sol, música, murgas, reinas, carros alegóricos, fuegos artificiales, alegría y mucho más, se vive en  el corazón de los panameños.

En Panamá, uno de los atractivos más llamativos para nacionales, y especialmente extranjeros que nos visitan, es la mojadera.  Un panameño no podría imaginarse un carnaval sin agua!.  Siendo febrero un mes muy caluroso y sin lluvias, un chorro de agua encima, de esos que se lanzan desde un camión cisterna, siempre es bien recibido.

Lo más recomendable es salir de casa, durante el día, en chancletas, zapatillas o sandalias de plástico, pantalones cortos y ropa que no importa si se echa a perder, pues con tanto jaloneo en las murgas y sentándose en cualquier parte con la ropa mojada, no hay garantía de que alguna prenda de vestir no termine arruinada.

Si alguien no quiere que lo mojen es mejor no salir de casa ese día, pues hasta los más pequeñitos se gozan esta fiesta como pocos.  Bien armados con sus pistolas de juguetes, cubetas y cualquier recipiente con agua, se lanzan como buenos terroristas al ataque, bombardeando con sus chorritos del preciado líquido, a aquellos que osan caminar con sus ropas completamente secas.

Qué fascinación cuando se encuentran  un incauto desprevenido, para arrojarles encima un balde de agua con todo el entusiasmo y alegría que esta fiesta genera en el corazón de grandes y chicos.  La regañada que se llevan no interesa, moja'o está!.  Eso es lo que importa.  Luego cuentan sus hazañas, que permanecerán en sus memorias para siempre.  Inolvidable!

La mojadera generalmente es en horas de la mañana o la tarde.  Durante la noche se suspenden para ceder el paso a lujosos carros alegóricos, con sus hermosas reinas bellamente ataviadas, acompañados todos por la comparsa, que alegre entona las canciones propias del carnaval, junto a las famosas murgas de Panamá.  Hombres y mujeres salen dispuestos a bailar toda la noche y pasarla bien.  Muchos romances nacen por estos días y... nueve meses más tarde, muchos bebés también...

Durante estos días, la TV se concentra principalmente en transmitir lo que acontece a lo largo y ancho del país en lo que al carnaval se refiere.  Por pocos días se olvidan los conflictos políticos y sociales que agobian al pueblo y al mundo.  Ahora es el momento de diversión, ya vendrán los de preocupación....

Terminada esta festividad, al día siguiente, todos vuelven a la normalidad y con la cabeza inclinada y un corazón contrito se dirigen en silencio, con sus ropas limpias - como limpio estará el bolsillo - a recibir la cruz en sus frentes el miércoles de ceniza.  Se escucha el sermón del padre, que a todos cae como una teja en la cabeza y murmurando, con sonrisitas de complicidad, unos a otros dicen:  es verdad, es verdad...shshsh.

Es la constante de todos los años.  Lo importante es que exista una gran vigilancia y que todos procuren tomar las debidas precauciones para evitar accidentes que lamentar.  El uso excesivo de alcohol y drogas deriva muchas veces en accidentes de tránsito cobrando la vida de muchas personas, llenando de luto y dolor los hogares de muchos.  Hoy, a lo anterior, hay que agregarle el riesgo que implica el uso de mensajería de texto vía celular, mientras se conduce un auto, algo que cualquier día representa un peligro a cada instante.

Mientras tanto, la murga suena, todos cantan, bailan y parecen felices.  El sol los ilumina con toda su intensidad y el panameño pide a gritos, al ritmo de la canción de Pedrito Altamiranda:  agua, agua, agua, eeeeeeee!  Que Dios los bendiga y proteja y que la fiesta termine con una sonrisa en el rostro y el corazón de todos.  Que viva Panamá!




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