Por: Miriam Rizcalla de Cornejo
No es que sea solitaria o ame la soledad, es sólo que a ratos, estar sola, me es una necesidad. ¡Y cuánto lo disfruto! En realidad nunca estoy sola, aún cuando no haya nadie a mi alrededor, acompañada siempre estoy. Y es en esos momentos de soledad ¡cuando más lo estoy! Con frecuencia me reúno con mis viejos y amados amigos, esos que aprendí a conocer desde niña sin haberlos visto jamás. Amigos que llegaron a mi vida cuando otros no quisieron estar. Así empecé a relacionarme con aquellos seres que moldearon mi vida, mi forma de sentir y de pensar. De algunos creo que hasta me llegué a enamorar. Cómo no hacerlo con aquellos versos y profundas reflexiones que me llevaron y me llevan a soñar, y en diversos temas a reflexionar, a pensar, un ejercicio del que no me daba cuenta lo que iba a significar. Hoy, en El día mundial del libro, estas cortas líneas de agradecimiento para todos ellos, para algunos, de manera muy especial...Gracias por estar conmigo y llenar mis ratitos de soledad, por inflluir en mí para mi bien y por hacerse hoy, de mis hijos, amigos también...
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