miércoles, 5 de junio de 2013

No desperdiciar los sagrados alimentos

Por:  Miriam Rizcalla de Cornejo



¿Cuántas veces come usted al día?  Cualquiera diría ¡qué pregunta tan absurda! Y aunque lo parezca, no lo es, no al menos para miles de niños, hombres y mujeres en lugares de Africa, un continente azotado por el hambre y la pobreza extrema.  Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO, unos 20 mil niños, menores de cinco años, mueren cada día.  Tristes víctimas de la desnutrición y enfermedades surgidas como consecuencia de la escasés de agua potable y alimentos mínimos necesarios para vivir.

En medio de la complejidad de este mundo asoman los contrastes.  Una sociedad cada vez más materialista y superficial parece afincarse en lo profundo de cada uno, ajenos a la tragedia de millones de almas inocentes para quienes toda ayuda aún resulta insuficiente.



Y mientras en un rincón del mundo niños se acuestan con hambre, en el resto toneladas enteras de alimentos son desperdiciadas -1.3 billones de acuerdo a la FAO-  Mientras unos claman en silencio por un pedazo de pan y algo de agua, en medio de un llanto ahogado, sin fuerzas para emitir sonido alguno, otros alegremente, y sin detenerse un instante para pensarlo, tiran la comida a la basura.  Para todos la noche cae, duermen con la esperanza de llegar a un amanecer que muchos no verán...despiertan con la cruenta realidad de un futuro incierto, una vez más, cada día, una vida llena de infortunios, un día más sin pronósticos de esperanza alguna.  Sobreviven, entre otras, gracias a las donaciones de personas dispuestas a desprenderse de un poquito de aquello que les sobra y a la generosidad de seres compasivos capaces de dar más de lo que tienen.

¿Qué día le toca a usted comer? una pregunta tan inocente como quienes la formulan, y en su inocencia pueden hacer añicos el corazón de cualquiera por la fuerza brutal contenida en ella.  Un rostro de asombro asoma al escuchar la respuesta:  "tres veces al día"...  "¿Tres veces?"  "Oh!, entonces usted es rico"...

Triste realidad de tantos seres viviendo un desamparo inexplicable, niños turnándose los días para poder alimentarse, "hoy no me toca comer, hoy le toca a mi hermanito"...¿en qué mundo vivimos todos cuando ignoramos que esto ocurre, o peor aún, sabiéndolo, no hacemos algo al respecto?

Tan malo es cometer una mala acción, como no hacer un bien pudiéndolo hacer.

¿Hasta qué punto nuestra apatía e indiferencia, ante esta situación, nos hace cómplices de ella?

Hoy, en el Día Mundial del Medio Ambiente, reflexionemos en torno a este tema, el valor de los alimentos, y su buen uso y aprovechamiento.  En este sentido, el discurso del Papa Francisco, incendiario y directo, como siempre, no puede ser más certero, "en la cultura del desperdicio, si mueren hombres y niños, no es noticia, si baja la bolsa es una tragedia", dijo.

Seamos solidarios, y si el corazón no da para tanto, con no desperdiciar los sagrados alimentos, ya será bastante.




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