Por: Miriam Rizcalla de Cornejo
La violencia ha existido en todas sus manifestaciones, a través de los siglos, desde que el mundo es mundo. Sin embargo, lo que le ha llevado a ser un tema de discusión es el alto número de denuncias presentadas ante las autoridades. Ese valor para romper el silencio convirtió el abuso y maltrato hacia la mujer en un tema de atención urgente.
Aunque mucho se habla de la violencia y todas sus implicaciones, más su posible solución, lo cierto es que todo indica que los esfuerzos parecen insuficientes. El tema es harto complejo, con raíces profundas que es justamente a dónde hay que llegar para encontrar, si no la solución, por lo menos un descenso en las hoy escalofriantes cifras de víctimas por maltrato, especialmente en sus hogares.
Marchas van y marchas vienen, foros, discusiones, convenciones multitudinarias y un sin fin de actividades que buscan minimizar el impacto de este mal social que parece ir en aumento, y está muy bien. Todo lo que se haga a favor de esta causa debe ser apoyado, sin embargo, no hay que perder de vista que el problema es profundamente complejo y que va más allá de las actividades señaladas.
El tema de la violencia ha de ser abordado y enfrentado por todos los sectores de la sociedad, sin exclusión alguna. Es un asunto de interés para todos, pues a todos afecta.
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