Por: Miriam Rizcalla de Cornejo
La comunidad católica mundial sigue de cerca el inicio del cónclave. Millones de fieles alrededor del mundo esperan ansiosos por escuchar las campanas de la Basílica de San Pedro, ver aquel humo blanco indicador que ya hubo un elegido y finalmente escuchar el famoso Habemus Papam.
Este es el primer cónclave celebrado desde 1829 en tiempos de Cuaresma. El más corto fue llevado a cabo de un día para otro, el más prolongado tuvo como duración cinco días. En esta ocasión, se espera que no sea muy extenso, a lo sumo dos o tres días y ya tengamos un nuevo Papa.
Se mencionan varios candidatos, algunos favoritos, elegibles para el cargo. Probablemente sea un italiano, pero nada es seguro.
En Brasil, gente alegre y divertida, se lo están tomando muy en serio con la figura del cardenal Odilo Scherer, uno de los papables favoritos y Arzobispo de Sao Paulo, la diócesis más grande del país. Ya hay quienes aseguran que la fiesta es tan grande que aquello parece un mundial de fútbol, es decir, el asunto es serio, ya sabemos lo que esto representa para Brasil. Están felices con la idea de que Scherer sea elegido como el nuevo Obispo de Roma. Las apuestas no se han hecho esperar y éste se perfila como favorito para dirigir el Ministerio Petrino.
Odilo Scherer, cuyo segundo nombre es Pedro, tiene 63 años, lo cual para muchos es un punto a su favor,y un carisma que tan sólo verlo encanta, y esto último definitivamente cuenta, de hecho, fue una de las virtudes del Papa Juan Pablo II, que muy pronto logró conquistar el corazón de millones de fieles en el mundo.
El cardenal Scherer, de origen alemán, habla cinco idiomas, se dice de él que guarda cercanía y comunicación con la juventud a un nivel algo moderno, es uno de los pocos cardenales que tiene su cuenta de "twitter". Posee, además, vasta experiencia por sus años de servicio dentro y fuera del Vaticano, aspecto que lo respalda grandemente.
Por otro lado y no menos importante, el pertenecer a Brasil, país con mayor número de católicos en el mundo, apunta a su favor. En momentos en que se registra una salida considerable de fieles hacia otros movimientos religiosos, de ser elegido, sería una gran esperanza para el fortalecimiento de la Iglesia. De allí que la suma de varios factores muy especiales lo sitúen como uno de los favoritos para suceder al hoy Papa Emérito, Benedicto XVI.
Muchos son poseedores de grandes atributos, experiencia y cualidades para dirigir la Iglesia Católica, pronto sabremos quién será el elegido.
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